José Manuel Tenorio, de la Asamblea Local de Izquierda Unida en Baeza, ha expresado ante los medios de comunicación su descontento con las decisiones tomadas en el último pleno ordinario del Ayuntamiento de Baeza. Tenorio ha calificado como «una barbaridad» la reestructuración del equipo de gobierno y los aumentos salariales aprobados.
Según Tenorio, la reestructuración ha resultado en un incremento desproporcionado en los salarios de los concejales. “Ya de por sí, habían subido casi más de 80.000 euros el montante de la anterior corporación, y ahora aumenta sobre lo que aumenta,” declaró. Este aumento incluye la decisión de aumentar la liberación de dos concejales de cuatro a cinco días, con un incremento salarial de 5.000 euros anuales cada uno, manteniendo las mismas atribuciones.
El representante de Izquierda Unida ha criticado también la nueva situación de la concejala Ginesa López, quien pasará a cobrar 20.000 euros por trabajar solo por las tardes, en contraste con los 41.000 euros más trienios que percibía anteriormente. Tenorio cuestiona la viabilidad de que López pueda cumplir con sus responsabilidades en áreas cruciales como Hacienda, Presidencia, Educación y otros, trabajando solo por las tardes, ya que la mayoría de reuniones y gestiones con funcionarios y proveedores se realizan en horario matutino.
Además, Tenorio se ha referido a un nuevo puesto de confianza en el Ayuntamiento que trabajará para los concejales del gobierno de Baeza Merece Más, con un salario de 25.000 euros anuales, lo que, sumado a los seguros sociales, representa un gasto adicional significativo para el Ayuntamiento. Este cambio, según Tenorio, contrasta con los gastos de la corporación municipal de 2011-2015, que eran significativamente menores.
Finalmente, Tenorio ha exigido transparencia al alcalde de Baeza, Pedro Cabrera, en relación a un viaje reciente al Rocío. “Si se lo ha pagado Pedro Cabrera de sus 50.000 euros que cobra del Ayuntamiento de Baeza, nos parece perfecto,” afirmó. No obstante, solicitó aclaraciones sobre si los gastos del viaje fueron cubiertos con fondos públicos, insistiendo en que «las juergas de cada uno se las pague cada uno».