Pedro Cabrera, alcalde de Baeza, ha expresado su orgullo y felicitación a las alumnas de la Escuela Municipal de Danza, quienes el pasado fin de semana obtuvieron un primer y segundo premio en la cuarta edición del Concurso de Danza “Danzando” celebrado en Madrid.
El alcalde destacó el trabajo y la profesionalidad de Esther Borrego, directora de la escuela, que cuenta con 140 alumnas y alumnos. A pesar de que el curso comenzó hace pocas semanas, las 11 alumnas que participaron en el concurso ya han demostrado su valía, tesón y sacrificio.
«Quiero que mis primeras palabras sean de felicitación. Felicitación a Esther y a todas sus alumnas y alumnos de esta fantástica escuela municipal de danza por toda la gran labor que siempre hacéis», declaró Cabrera. «Es un orgullo para Baeza, para la cultura, y me siento profundamente orgulloso y feliz, no solo como alcalde, sino como baezano y amante de la danza y de la cultura», añadió.
Esther Borrego, por su parte, explicó que el grupo lleva mucho tiempo trabajando juntas y que decidieron participar en el concurso nacional en Madrid con dos coreografías. «En una de las coreografías, que eran solo cuatro niñas, quedaron en segundo puesto a nivel nacional, y en la otra, que era un grupo de once niñas, quedaron en primer lugar», comentó Borrego.
El primer puesto les ha dado acceso a una fase internacional que se celebrará el 5 de julio en Livorno, Italia. «Es una sorpresa que no teníamos previsto. Las niñas están muy emocionadas», dijo la profesora. Además, el premio incluye una beca para un estudio en Madrid con profesionales de danza.
El alcalde animó a las alumnas a seguir trabajando con el mismo esfuerzo y dedicación, deseando que el nombre de Baeza suene en Livorno el próximo año. «Espero y deseo de corazón que ese próximo 5 de julio en Livorno, en ese concurso internacional, sea un nuevo éxito en vuestro haber», expresó Cabrera.
Las alumnas, que tienen entre 12 y 15 años, trabajan intensamente en flamenco y danza clásica, y se examinan del sistema Royal de Inglaterra de Clásico. «Es una experiencia inolvidable para ellas y les aporta mucho a su vida personal», concluyó Borrego.