El Centro Cultural Baños Árabes de Jaén acogió en la tarde de ayer la primera de las cinco charlas que conforman el ciclo de conferencias organizado por la Diputación de Jaén y la comisión institucional creada con motivo del 75 aniversario del fallecimiento del poeta Miguel Hernández. El presidente de la Administración provincial, Francisco Reyes, ha sido el encargado de presentar al primer conferenciante, Baltasar Garzón, “una de las máximas autoridades mundiales a la hora de hablar de justicia, libertad y derechos humanos”, ha ensalzado Reyes.
En este acto, el máximo responsable de la Diputación ha incidido en que “la conmemoración de la muerte de Miguel Hernández nos brinda una importante oportunidad para la puesta en valor de su obra”, pero de igual modo también es propicia para que, “además de valorar sus versos, hacer lo mismo con su compromiso en vida con la igualdad, la justicia, la cultura y la libertad”. En esta línea, ha apuntado que “la libertad tiene que ver con la verdad, y reconocer la verdad, per se, hace justicia”.
Precisamente al contexto que el poeta de Orihuela vivió y sufrió durante sus últimos años de vida ha dedicado Baltasar Garzón su conferencia, que ha titulado “Miguel Hernández, poesía frente a la barbarie”. Para el conferenciante, “existe un gran paralelismo entre la historia del poeta y la realidad actual”, ya que, en su opinión, “el proceso que vivió, la tenencia y la posterior pérdida y recuperación de la libertad” presenta similitudes con lo que ha ocurrido con la memoria histórica. «Hemos tenido que esperar hasta 2007 para que hubiera una primera aproximación a la verdad, con la Ley de Memoria Histórica que está paralizada desde 2011, con lo que ello supone de olvido de las víctimas y para la recuperación de la memoria democrática”. En este sentido, en su charla ha querido conjugar “lo que fue la justicia y lo que sigue siendo la injusticia para las víctimas a través de su figura, su proceso y un poco de crítica jurídica, que es a lo que me dedico”.
Pero más allá de estas cuestiones jurídicas, Garzón ha recordado que los versos del poeta alicantino le acompañan desde muy joven. “Me encontré con los poemas de Miguel Hernández siendo seminarista, a los 14 años, cuando estaban prohibidos, y creo que Jaén tiene que agradecerle la presencia permanente que le han dado textos como Andaluces de Jaén, o la música de Paco Ibáñez y ahora el himno oficial”. En sentido contrario, Baltasar Garzón considera que “Hernández también tiene que agradecerle a Jaén que su mujer fuera de Quesada, que lo acompañara y que toda la familia haya seguido reivindicando su memoria, hasta llegar al museo que tiene en Quesada, que es un ejemplo de cómo un pueblo debe tratar la memoria y a los que murieron por la libertad”.