El pasado 8 de mayo de 1828 el fundador de Cruz Roja, Henry Dunant, marcaba con su nacimiento una de las fechas más importantes para la institución humanitaria. Tras su primera intervención en el socorro de los casi 40.000 fallecidos en la Batalla de Solferino, la organización surgió como un faro de esperanza para los militares heridos en campaña.
Esta labor junto a muchas otras llevó a la institución a obtener el primer Premio Nobel de la Paz en 1901. Su tarea continuó con la ayuda humanitaria en la Primera Guerra Mundial, suceso histórico que dio a luz a los primeros principios fundamentales de la organización; universalidad, imparcialidad e independencia.
Más tarde, con la XX Conferencia Internacional, la institución completó sus anteriores principios con cuatro más; la humanidad, la neutralidad, el voluntariado y la unidad. En total, siete principios que ahora enriquecen la actividad de la organización en más de 150 países convirtiéndola en la red humanitaria más grande del mundo.
En el escenario internacional, España se convierte en el séptimo país del mundo en tener representación de Cruz Roja en el I Convenio de Ginebra. Su adhesión permitió la ayuda humanitaria en conflictos armados como la guerra franco-prusiana, la tercera guerra carlista o la guerra civil española.
Conforme las necesidades fueron aumentando, la institución crecía por todo el territorio español. Hospitales y sedes fueron creadas para cubrir un gran abanico de carencias sociales entre las que destacaron el socorro de las víctimas de los incendios, inundaciones y accidentes, el salvamento de náufragos en el mar y aguas interiores o la lucha por el medioambiente y la brecha digital; ambas incorporadas en las últimas décadas.
En el ámbito nacional, Baeza fue una de las primeras ciudades en instaurar la Cruz Roja. El Acta Fundacional de la institución localizada en su archivo histórico fecha su inicio en la ciudad allá por el 1895, coincidiendo con el inicio de la Guerra de Cuba.
Más tarde, en 1881 se creó un puesto de socorro y emergencias en el Paseo de las Montalbas de Baeza donde voluntarios recién egresados del servicio militar obligatorio (también conocido como “la mili”) realizaban su actividad voluntaria. Posteriormente la sede cambió de localización a la Calle Acera de la Trinidad; lugar donde se coordinan las actividades que se llevan a cabo en las localidades de la comarca de La Loma.
Hoy, las ciudades pertenecientes a la Asamblea de la Loma Occidental iluminarán simultáneamente sus monumentos más emblemáticos con el color rojo corporativo de la Cruz Roja. Begíjar, Ibros, Lupión, Rus, Canena y Torreblascopedro junto a sus respectivas pedanías se unirán a Baeza en esta celebración.
