Al llegar el primer día de agosto, la ciudad de Baeza, inauguro su calendario dando el pistoletazo de salida a los cultos y actos programados por la Real Archicofradía, con la celebración del VI pregón en honor a la Patrona de Baeza, el cual se desarrolló en el majestuoso claustro de la S. I. Catedral de la Natividad de Nuestra Señora y que sirvió como preámbulo a las fiestas patronales.
Dionisio Molina Martínez, hermano cofrade, era el encargado de presentar al pregonero de este año, llevando a cabo dicha responsabilidad el afamado cofrade Alejandro J. Mora Raya, horquillero de María Santísima y miembro activo de la Archicofradía.
Desde el atril, el pregonero proclamó el amor de Baeza a su Excelsa Patrona, siendo transmisor de la devoción heredada desde pequeño hacía la Madre de todos los baezanos. Palabras valientes, bellas, cargadas de amor y devoción sin límites, donde se sucedieron piropos en verso levantando en numerosas ocasiones ovaciones por parte de los asistentes.
Versos elegantes narraron el milagro de la presencia de la Madre de Dios entre los baezanos, rematándose por un ¡Bendita sea por siempre Santa María del Alcázar! y como siempre, en las palabras del juglar de la Virgen, transmitió esa presencia de una Baeza enamorada de lo cotidiano, a la cual asomó a la Virgen como si de un quince de agosto se tratara.
Con sus palabras, este horquillero de la Virgen, nos trasladó hasta San Andrés, donde su corazón busca a María en cada visita y de una manera especial en las tardes de novena y cultos.
También tuvo palabras de ánimo para los cofrades, invitándolos a seguir trabajando por nuestras corporaciones a pesar de las limitaciones de la pandemia, resaltando la importancia de la religiosidad popular frente a quienes intentan silenciar a los cristianos.
Entre piropo y piropo, este gavilán se sumó a los anhelos de tangas generaciones de baezanos, que sueñan la coronación canónica de Nuestra Señora, poniendo de manifiesto la devoción durante siglos de manera ininterrumpida a Santa María del Alcázar a pesar de las vicisitudes históricas del momento.
Ovación prolongada en el tiempo tras el “así sea”, que puso el broche de oro a una brillante intervención que levantó los corazones y abrió las puertas a unos días intensos de amor hacía la Virgen del Alcázar.
Finalizó el acto, con un concierto a cargo de la banda de música de Baeza dirigida por Juan de Dios Robles Lorite. En el transcurso de la misma, fue estrena la marcha “Alcázar, Reina de Baeza” compuesta por Cristóbal López Gándara con motivo de la efeméride que este año celebra la ciudad.