En la tarde del Jueves 29 de Octubre visitó Baeza uno de los símbolos más representativos de la persecución religiosa en el mundo. Se trata de un cáliz que fue profanado en 2014 en Irak, en la ciudad de Qaraqosh, y que fue recuperado y donado a
la Fundación Pontificia de Ayuda a la Iglesia Necesitada por la Iglesia Sirocatólica para que lo mostrara como ejemplo del sufrimiento que padecen miles de personas por el simple hecho de profesar la religión cristiana.
Este cáliz era utilizado por los yihadistas como diana para afinar la puntería. Lo que no se imaginaban es que volvería a ser consagrado y llevado hasta muchos lugares del mundo para celebrar la misa con él, convirtiéndose en un símbolo para concienciar sobre la persecución que sufren muchos cristianos en el mundo.
Estos días, el cáliz está recorriendo la Diócesis de Jaén, recalando en la comunidad cristiana de Baeza, donde recorrió las tres parroquias de la ciudad finalizando su estancia en la Parroquia de El Salvador.