El Ayuntamiento de Baeza ha rendido homenaje a las Religiosas Filipenses Misioneras de Enseñanza dedicando la Cuesta de San Felipe Neri a su comunidad, en conmemoración de los 80 años de presencia educativa en la ciudad. El acto oficial tuvo lugar el pasado sábado 24 de mayo, con la participación del alcalde Pedro Cabrera, miembros del consistorio y representantes del Colegio Filipense de Baeza.
La Cuesta de San Felipe Neri, ubicada junto al colegio que la congregación gestiona desde su llegada en 1944, ha sido rebautizada oficialmente como «Cuesta de San Felipe Neri – Religiosas Filipenses», reconociendo así su labor educativa y social en la comunidad baezana.
Durante el acto, el alcalde Pedro Cabrera destacó la importancia simbólica de esta vía para generaciones de baezanos y baezanas: “No podía haber mejor lugar para rendirles homenaje, porque este lugar ha sido testigo de la historia, de la buena educación, de los valores y de una gran comunidad educativa que Baeza presume de ella y que la Congregación Filipense nos regaló hace ahora 80 años” .
Por su parte, la hermana Julia Garrido, superiora de la comunidad Filipense en Baeza, expresó la emoción de la congregación ante este reconocimiento: “Para la comunidad este reconocimiento es un detalle más del Ayuntamiento de Baeza. Para nosotras esta calle siempre ha sido entrañable. De hecho, la religiosa que vino de Barcelona para establecer la fundación, cuando subió a la catedral, dijo: ‘En esta calle tenemos que estar nosotras’. Había recibido varias ofertas de edificios aquí en Baeza, pero en el momento que vio esta cuesta de San Felipe Neri dijo: ‘Aquí tenemos que estar nosotras’” .
La Congregación de Religiosas Filipenses Misioneras de Enseñanza, fundada en 1858 en Mataró, Barcelona, por los hermanos Marcos y Gertrudis Castañer y Seda, se estableció en Baeza en 1944. Desde entonces, ha gestionado el Colegio Filipense, ofreciendo educación infantil y primaria, y contribuyendo al desarrollo educativo y social de la ciudad .
La Cuesta de San Felipe Neri, que conecta el centro histórico con la catedral, es una vía emblemática por la que han transitado generaciones de estudiantes, familias y docentes. Su dedicación a las Religiosas Filipenses simboliza el reconocimiento de la ciudad a una comunidad que ha dejado una huella profunda en la historia educativa de Baeza.