En el marco de las actividades preparadas por el ayuntamiento de Baeza para conmemorar el XX aniversario de la declaración como ciudad Patrimonio Mundial, junto a su hermana Úbeda, el auditorio de las Ruinas de San Francisco acogió en la tarde de ayer la mesa coloquio: Baeza, 20 años después, retrospectiva de Baeza Patrimonio de la Humanidad.
Una cita que contó con la participación del concejal de Turismo y Patrimonio, José A. Jiménez, como moderador del la mesa coloquio en la que participaron cuatro de los principales artífices de la nominación: los alcaldes Eusebio Ortega (1983-2003) y Javier Calvente (2003-2007), Jesús Martín, director de la Escuela Taller, y José Luis Chicharro, cronista oficial de la ciudad.
En el acto, al que asistió el alcalde de la ciudad, Pedro Cabrera, acompañado de otros miembros de la Corporación Municipal, se proyectaron además imágenes históricas del momento en que la ciudad de Baeza recibió la noticia, allá por el 2003.

Según destaca la página web oficial de la UNESCO la configuración urbana de Úbeda y Baeza, situadas en el sur de España, data de los periodos de la dominación árabe (siglo IX) y de la Reconquista (siglo XIII). En el siglo XVI, ambas ciudades experimentaron cambios importantes, al efectuarse obras de renovación inspiradas en el estilo del Renacimiento. Estas transformaciones urbanísticas se debieron a la introducción en España de las ideas humanistas procedentes de Italia y ejercieron una influencia importante en la arquitectura de América Latina.
Durante el coloquio los cuatro protagonistas destacaron el arduo e ímprobo trabajo realizado durante años para conseguir diferentes hitos que marcaron la posterior declaración de las ciudades de Úbeda y Baeza como Patrimonio Mundial por unanimidad en las reuniones de la UNESCO celebradas en París en el año 2003. Úbeda y Baeza fueron nombradas Patrimonio hace 20 años por los «valores excepcionales de su patrimonio artístico renacentista, además de su condición de enclave humanista y su proyección cultural que trasciende al resto de España e Iberoamérica».
Tal y como recordaron los presentes, esta designación ha supuesto a lo largo de los años un gran aumento del nivel económico, social y cultural que ha ido creciendo con el paso del tiempo y que supuso además situar a ambas ciudades en el mapa de los grandes destinos culturales a nivel internacional.