Desde el PSOE de Baeza continúan acercando a sus vecinos y vecinas la historia del municipio, en esta ocasión y de la mano de Ana Belén Moreno, nos hemos trasladado hasta el paseo del Arca del Agua, en el que hemos charlado sobre algunas de las curiosidades de este importante enclave de la ciudad patrimonial.
En primer lugar hablamos de la fuente que se ubica en el paseo homónimo, antiguo lugar donde se reunía la gente para conversar que es el inicio del camino histórico de Baeza a Úbeda; su origen data del siglo XVI. Era un nuevo sistema de abastecimiento hidráulico para Baeza que alimentaba a otras fuentes públicas y que tenía por objetivo llevar el agua a los barrios más altos de la ciudad ya que la mina de la Fuente del Moro sólo llegaba a las fuentes de la zona más baja de la población.
A esta fuente llegaba el agua del manantial La Celadilla, a unos 2 Km de distancia, cuya mina terminaba en un «arca» o alberca de decantación que ha dado nombre a esta fuente.
La mina del Arca del Agua tiene unos 2’5Km de longitud, hasta las inmediaciones de la fuente, estando el área final de decantación hoy día a nivel subterráneo a escasa distancia de la fuente y bajo un depósito ubicado en las instalaciones del polideportivo municipal.
Por desgracia, el hundimiento moderno de algunos pozos de ventilación ha supuesto que la mina hoy día ya no sea practicable y su antiguo caudal haya quedado obstruido, por lo que el agua actual de la fuente deriva del Guadalquivir, a la altura de Mogón.
En el siglo XI fue objeto de modificaciones, convirtiéndose en fuente pública y adquirió una fisionomía monumental, dado que entonces la zona se convirtió en paseo público.
Posteriormente se construyeron los paseos laterales y espacios ajardinados. Desde entonces la fuente primitiva se sustituyó por esta provista de pilas para el llenado de cántaros. En épocas de sequía era habitual que los vecinos se desplazasen hasta ella para llenar agua, cuando no llegaba bien hasta las principales fuentes como la de Santa María y las Puertas de Úbeda y de Toledo.
En los años 90, se construyó en este entorno la ermita dedicada a San Cristóbal por la Escuela Taller de Baeza. Destacar también que frente a la fuente se ubica uno de los escasos monumentos escultóricos de carácter público de la ciudad, el monolito dedicado a la memoria del militar baezano Arredondo, doblemente condecorado en las campañas de África en 1920, un monumento que fue retirado durante la Guerra Civil y que fue repuesto hace pocos años.