Hoy, 31 de mayo, se celebra el Día Mundial sin Tabaco para concienciar del problema del tabaquismo, una enfermedad crónica que afecta a más de 1.200 millones de personas en todo el mundo y que, según la OMS, provoca la muerte de seis millones de personas al año.
Sólo en España hay nueve millones de fumadores y fuman más del 25,6% de los hombres y el 18,8% de las mujeres mayores de 15 años. De ellos, según algunos informes, el 80% quiere dejar de hacerlo. Y muchos lo han intentado, pero más de la mitad, sin éxito.
El tabaquismo es una enfermedad crónica, adictiva y recidivante; es decir, que provoca adición y recaídas, y a menudo el fumador o su entorno considera y trata este problema como un estilo de vida, no lo asume como una enfermedad y, por tanto, no solicita ayuda al médico ni busca tratamiento, y por eso fracasa” al intentar dejar de fumar apoyo. Y es que, según indican los especialistas, ocho de cada diez personas que dejan de fumar por su cuenta, suelen recaer en la primera semana ya la falta de tratamiento para abordar la adicción, les provoca ansiedad, frustración, mal humor, falta de concentración, insomnio, o incluso tristeza y depresión. Además, y aunque parezca mentira, el hecho de coger algún kilo de más al dejar de fumar hace que ciertas personas vuelvan a los cigarrillos. Pero, obviamente, se puede dejar, con mucha fuerza de voluntad y/o con ayuda, mejor física y psicológica combinadas para evitar las recaídas.