Cuenta la historia que, en 1767, con la promulgación del Fuero de Población por el rey Carlos III, se crearon las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena, las llamadas tierras de Olavidia (entre las que se encuentran Guarromán, la Carolina o Carboneros) con colonos venidos en su mayoría de Centroeuropa y algunos de Galicia, Cataluña y Valencia. Se pretendió hacer una sociedad modelo de agricultores, en la que se reconocía por primera vez el derecho a la enseñanza primaria de los niños y el reconocimiento al trabajo de la mujer, así como el derecho a elegir por votación a los alcaldes de cada departamento, quienes hacían también funciones de jueces de Paz.
Esta elección tenía lugar cada nochebuena en casa del alcalde saliente a partir de las tres de la tarde y, después de haber votado, los colonos se quedaban a comer en casa del alcalde saliente. Con el paso de los años, algunos de ellos acabaron acudiendo a votar con una cuchara de palo, pues sabían de antemano que tendrían que quedarse a comer. Pero cuando aquellos agricultores elevaban su cuchara de palo, reivindicaban sus derechos forales, uno de ellos el de elegir por votación a su alcalde.
En 1983 varios vecinos de Guarromán, algunos de ellos descendientes de los colonos que la fundaron, comenzaron a reunirse el 24 de diciembre para comer juntos a las tres de la tarde, como lo hicieron los primeros pobladores en el siglo XVIII. Nació así el germen de lo que habría de ser la Muy Ilustre y Noble Orden de los Caballeros de la Cuchara de Palo, instituyéndose los premios anuales que llevan su nombre para galardonar a aquellas personalidades e instituciones que más se hayan distinguido por propugnar la concordia entre los pueblos y por proclamar los valores de la Cultura Mediterránea del Olivo. Esta edición, la entrega de reconocimientos ha tenido lugar en la ciudad de Baeza.