Más de 140 personas voluntarias de toda la provincia de Jaén se congregaron en Baeza el pasado sábado 27 de septiembre para celebrar el III Encuentro Diocesano de Manos Unidas. La jornada, organizada por la ONG de la Iglesia con el lema anual «Compartir es nuestra mayor riqueza», sirvió para que su voluntariado compartiera experiencias, evaluara la campaña en curso y renovara fuerzas de cara al nuevo ciclo 2025-2026.
El evento comenzó con una bienvenida institucional en la que se destacó la labor de compromiso social y cooperación internacional que caracteriza a la organización.

Ignacio Montoro, concejal de Cultura y Patrimonio de Baeza, fue el encargado de abrir el acto, resaltando el valor de la asistencia y el trabajo altruista. Montoro expresó «el orgullo de poder contar en la ciudad con este gran tejido humano tan comprometido con la justicia social y la cooperación internacional».
El edil recordó la trayectoria de décadas del voluntariado baezano, mencionando el esfuerzo de quienes, desde los años 80, han trabajado para sacar adelante proyectos en lugares desfavorecidos centrados en la educación, la agricultura, la igualdad y la sanidad. En su intervención, el concejal afirmó que las personas voluntarias son «un importantísimo ejemplo de lo mejor de nuestros municipios, de nuestras ciudades, [que representan] la solidaridad, la humanidad, el trabajo constante, el sacrificio altruista en favor de los demás».
Por su parte, Toni Martínez Murillo, Responsable Comarcal de Manos Unidas, agradeció la excelente acogida de la ciudad y la colaboración recibida. Martínez destacó el apoyo del Ayuntamiento y el Cabildo de la Catedral, donde se inauguró el encuentro: «En cuanto le pedimos que queríamos que se inauguraran esta convivencia aquí en la Catedral, pues no nos puso ninguna objeción, al contrario, todo han sido facilidades». También mencionó la ayuda de las parroquias locales, el coro del Salvador y los guías avilistas, que ofrecieron una visita guiada.
El encuentro, que se desarrolló bajo el espíritu de la unidad, tenía como objetivo esencial el reencuentro de quienes forman la organización. Lidia Casado Vico, delegada diocesana de Manos Unidas en Jaén, explicó el significado de esta reunión: «Es un momento donde compartimos experiencias, ilusiones, problemas, anhelos. Y renovamos fuerzas para trabajar, en terminar esta campaña 65, en la que nos encontramos, y avanzar en la nueva que tendremos por delante para el próximo año 2026». Casado subrayó que la principal motivación es «seguir trabajando con tantas personas que en tantos lugares del mundo a diarios ven vulnerados sus derechos» a través de proyectos que «generan vida y esperanza».
Cerrando el turno de intervenciones, Luis Juan Gallardo, párroco de la Iglesia de Santa Teresa de Úbeda y consiliario de Manos Unidas, puso el foco en el rol de la Iglesia y el sentido último de su labor, agradeciendo a los medios por su difusión. Gallardo enfatizó que «la Iglesia es Iglesia de Puertas Abiertas y en ella caben todas las personas de buena voluntad» que buscan hacer de este un mundo mejor.
El párroco concluyó su intervención destacando el lema y la filosofía de la ONG: «tendremos también la oportunidad de seguir compartiendo que esa es la mayor riqueza que tenemos las personas, no el acaparar y el acumular, sino el distribuir de manera justa para que a nadie le falte lo necesario».
La jornada concluyó con la visita a lugares emblemáticos de la ciudad, afianzando lazos y la determinación del voluntariado para continuar su labor en la próxima campaña.