La sala Paco Tito del Museo de San Juan de la Cruz de Úbeda acogió en la tarde de ayer la presentación de los crucificados recientemente restaurados por Antonio Custodio López, pertenecientes a la colección del Museo. Se trata de dos imágenes que datan del siglo XVII, uno de los crucificados es la reproducción del Cristo de los 4 Clavos y el otro crucificado pertenece a la escuela granadina.
María Dolores Aguayo, del Patronato Fundación Caja Rural de Jaén, señalaba que los dos crucificados que se presentan forman parte de la acción del área cultural de la Fundación, ya que uno de sus objetivos es velar por el patrimonio de Jaén.
El fraile Héctor Cáceres, señalaba que el Cristo de los 4 Clavos se podrá contemplar, dentro del espacio de las visitas del Museo, en la Sacristía del Oratorio de San Juan de la Cruz y el crucificado de la escuela granadina se podrá admirar en la celda donde murió San Juan de la Cruz.
Y Antonio Custodio, restaurador de dichas obras, explicaba que la intervención ha sido bastante compleja sobre todo con la imagen del cristo de los 4 Clavos, con la fijación de la policromía, limpieza de depósitos y barnices alterados. Así mismo se ha consolidado la unión de los brazos.
Estudio histórico
El presente crucificado es una barroca del Crucificado de los cuatro clavos, imagen bajomedieval que
de la Iglesia de San Pedro y que hoy se encuentra presidiendo la Capilla Mayor de Ia Iglesia de Santa María de los Reales Alcázares. Para el profesor José Joaquín Quesada Quesada, la pieza carmelita
puede datar del s- XVII. ya que por aquella el crucificado medieval una notable devoción que pudo
propiciar este de encargos destinados a la devoción particular. Fue donada Doña Ana Aranda en 1957 y emplazada en el ático del Retablo del Oratorio de San Juan de la Cruz. Recientemente y debido a su
mal estado de conservación, se ha trasladado al Museo para proceder a su restauración e incorporarlo dentro de la exposición permanente de dicho centro.
Datos técnicos y estado de conservación
La pieza se encuentra ejecutada en madera tallada y policromada. A nivel de se soporte se compone del bloque principal del torso al que se añade a contraveta las piezas de los brazos. La policromía se encuentra ejecutada al óleo, con doradas en la cruz y en la hornacina.
Su estado de conservación era realmente alarmante. Los brazos estaban completamente separados y se aseguraban tan solo con las espigas, al igual que las piezas de la cruz. Todo el torso mostraba diferentes fendas como consecuencia de la falta de ahuecado.
La policromía era la original y se encontraba oculta parcialmente por diferentes repintes que han aportado un aspecto más sangriento a la imagen y una decoración de líneas en el caso del sudario. Algunos de estos repintes destacaban por su desajuste cromático con respecto al resto de la policromía. Destaca el levantamiento generalizado de la policromía que ha dado lugar a un gran número de pérdidas de preparación y película pictórica.
Intervención
En primer lugar se realizó una limpieza superficial del polvo con brocha y aspirador. Fue necesario la fijación completa de toda la policromía mediante la aplicación de cola animal, utilizando un empapelado intermedio tipo japonés. Asegurado este estrato, se evaluó la posibilidad de eliminar los diferentes repintes que presentaba; siendo tan solo posible la eliminación de barnices y de determinados repintes alterados que restaban unidad al conjunto. La consolidación del soporte contempló el reencolado de las piezas de los brazos y la cruz, así como el sellado de las grietas con láminas de madera y APV. Los últimos tratamientos se centraron en el nivelado de las pérdidas de policromía con estuco y su posterior reintegración cromática. Todo el conjunto fue protegido con barniz de retoque.
La restauración ha sido llevado a cabo por Antonio Custodio López.